Uno de los discursos más bellos y duros que se pueden escuchar, pronunciado por Severn Cullis-Suzuki, una niña de 12 años, en la Cumbre para la Tierra de 1992 ante los gobiernos del mundo.
domingo, 1 de febrero de 2009
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2 comentarios:
Es que la VOZ de los niños es tan importante. Son los únicos que saben ver más allá de la apariencia de que todo está bien.
Tienen ese sexto sentido que se pierde con la edad, con el material egoísmo de la sociedad en la que nos ha tocado vivir.
Uy¡¡¡, que me acelero¡¡¡.
Que sí ... que también me dejó en silencio.
Saludos.
Pues sí Alma, es el silencio que antecede a la reflexión...
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